El hombre de la luna la vio mirar por la ventana. Bajó entonces en su carricoche de cristal tirado por delfines azulados. Sus alforjas llenó de regalos. Pequeños juguetes tejidos por la luz lunar. Una fonola minúscula que toca tangos olvidados, unos duendes blancos músicos de timbales y tambores. Perlas perfumadas y algunas flores perdidas del espacio estelar.
El hombre de la luna la vio mirar por la ventana. Bajó entonces en su carricoche de cristal tirado por delfines azulados. Sus alforjas llenó de regalos. Pequeños juguetes tejidos por la luz lunar. Una fonola minúscula que toca tangos olvidados, unos duendes blancos músicos de timbales y tambores. Perlas perfumadas y algunas flores perdidas del espacio estelar.
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